“¿Conocéis acaso el terror del que se adormece? Tiembla de pies a cabeza, porque siente que le falta el suelo, y comienza a soñar. Os digo esto a modo de parábola. Ayer a la hora de mayor silencio, sentí que me faltaba el suelo, y comenzaron los sueños”, escribió Nietzsche.

En la creación artística se adormece una parte de la conciencia y otra, por el contrario, se despierta. Salvador Dalí solía decir que “la única diferencia entre un loco y yo, es que yo no estoy loco”.

La locura y el arte han desarrollado estrechos vínculos a lo largo de la historia. Los primeros en asociar locura con la creatividad fueron los griegos. Para ellos, los poetas eran “enfermos divinos” y Platón aseguraba que la inspiración llegaba en momentos de “locura divina”. El Arte ha sido asiduamente refugio de todo lo que se ha considerado irracional a lo largo de la historia: lo melancólico, la paranoia, la excentricidad, lo marginal… La locura ha estigmatizado a muchos artistas y ha marcado la propia comprensión y aceptación de su obra. Pero, por otro lado, muchas artistas han elegido plasmar la locura como vehículo de búsqueda y como forma de mostrar el mundo que les rodeaba.

Aunque hoy no se pueden realizar exámenes psicológicos a los que llevan tiempo fallecidas, los historiadores no dejan de especular sobre las condiciones de la salud mental de algunos genios fallecidos. Se especula que han sufrido problemas de salud mental algunas de las mentes más creativas de renombre, entre ellas las escritoras y escritores Mary Shelley, Virginia Woolf, Edgar Allan Poe y Ernest Hemingway; compositores de la talla de Irving Berlin, Ludwig van Beethoven, Erik Satie y Sergey Rachmaninof; y los pintores Paul Gauguin, Vincent Van Gogh y Jackson Pollock.

De hecho, científicas de la Universidad de Toronto han descubierto que las personas creativas poseen poca o ninguna “inhibición latente”, que es la capacidad inconsciente para rechazar estímulos sin importancia o irrelevantes. La profesora de psicología Jordania Peterson afirma que  “los individuos creativos permanecen en contacto con el extra de información en constante flujo desde el medio ambiente. La persona normal clasifica un objeto y, a continuación, se olvida de este, a pesar de que el objeto es mucho más complejo e interesante que lo que él o ella piensan. La persona creativa, por el contrario, está siempre abierta a nuevas posibilidades”.

Pero quizás sea mejor estar abierta a NUEVAS POSIBILIDADES aunque eso nos acerque a la lo-cura, que perdernos los detalles DEL MARAVILLOSO MUNDO QUE NOS RODEA.

Para acabar os dejo con unas palabras de Poe:

” Los hombres me han llamado loco; pero aún no está determinada la cuestión de si la locura es o no la más excelsa inteligencia, si mucho de lo que es gloria, si todo aquello que es profundo, no brota de la enfermedad del pensamiento, de modos de pensar exaltados respecto del intelecto general. Aquellos que sueñan de día son conocedores de muchas cosas que se les escapan a los que únicamente sueñan de noche.”

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