¿Tú también tienes días en los que notas que vas pisando el acelerador, que te acompaña una sensación de estrés continua y no eres capaz de disfrutar del momento? Son muchas las técnicas y ejercicios que puedes llevar a cabo para disminuir esas sensaciones: desde la meditación a la práctica de algún deporte, pero dándole vueltas a cómo evitar “ir a la carrera” de mis días y ser más consciente de mi misma se me ocurrió el siguiente experimento, que hoy comparto con todos y todas vosotras. Es muy sencillo y a mí me ha dado muy buenos resultados.
La práctica consiste en lo siguiente:
1- Coloca una alarma a cada en punto durante todo un día, desde que te levantes hasta que te acuestes. Sí, lo sé, la idea de tener un reloj sonando cada hora puede no ser muy atractiva, pero es la única forma de que esta práctica funcione.
2- Cada vez que suene la alarma haz una pequeña pausa antes de apagarla.
3- Una vez apagada, haz una respiración profunda y presta atención a lo que estés haciendo en ese mismo momento poniendo los cinco sentidos en ello. Si estás comiendo, presta atención en sentir los cubiertos, en los colores de los alimentos, sus sabores, la textura de la comida, en el movimiento de tu mandíbula y en la sensación que te produce comer ese alimento. Si estás andando por la calle, pon la atención en tus pies sintiendo el suelo, en el movimiento de tus manos, en la cadencia de tus pasos, en los colores, en las formas y los olores que te rodean. Si estás conversando con alguien, siente todo tu cuerpo, la posición que has adoptado, presta atención al sonido de las palabras, a la colocación de la lengua, a la persona con la que hablas, sus rasgos y sonidos, fíjate en el lugar en el que te encuentras.
El ejercicio consiste en parar esa tendencia que tenemos a “ir en automático” para pasar a ser más conscientes de nosotros mismos y de lo que nos rodea.
Anímate, solo necesitas un reloj y algo de voluntad. Verás cómo esta práctica disminuye tu sensación de velocidad permitiéndote adoptar otra posición en la vida, de mayor plenitud y serenidad.
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